Título: Zac y Mia
Autora: A. J. Betts
Autoconclusivo
Editorial: Salamandra
Género: Juvenil
Páginas: 288
Fecha de lanzamiento: Mayo de 2015
Precio: 14,95€
Si bien el ambiente frío y aséptico de una
clínica es el último lugar donde una pareja de adolescentes esperaría iniciar
una relación significativa, a veces el azar nos sorprende con encuentros
fortuitos que marcan nuestro destino. Convaleciente de un trasplante de médula,
Zac lleva semanas solo y aburrido en el hospital cuando en la habitación
contigua ingresan a Mia, una impetuosa chica de su edad. A los golpecitos en el
tabique del principio les sigue el intercambio de notas por medio de las
enfermeras y, finalmente, en el silencio de la noche, la comunicación a través
de Facebook. Paulatinamente, una amistad surgida de la necesidad da paso a una
atracción muy especial que, sin embargo, se verá expuesta a una dura prueba
cuando más adelante la realidad cotidiana interponga unos obstáculos con los
que Zac y Mia no contaban. Narrada con un fresco sentido del humor,
autenticidad y delicadeza, Zac y Mia es una historia excepcional sobre dos
chicos cuyo prometedor futuro se tambalea bajo sus pies. Un relato valiente y
poco convencional que, de la mano de unos protagonistas entrañables, describe
el fuerte apego a la vida que surge cuando se padece una enfermedad grave. Una
novela íntima y conmovedora que mantiene al lector en vilo hasta el final.
Zac es un adolescente de diecisiete años que pasa un trasplante de médula espinal. Los días en el hospital parecen una eternidad, pero después de un trasplante el riesgo le pisa los talones, aislándolo para protegerlo de cualquier amenaza. La compañía de su madre no es suficiente, y como cualquier adolescente quiere ser libre y estar rodeado por sus amigos. Aun así, Zac es un chico maduro para su corta edad. Comprende los riesgos que correría al abandonar el hospital.
Él es muy diferente a Mia, nuestra otra protagonista. Ella tiene la misma edad de Zac, pero ella vive con el dolor del cáncer de osteosarcoma. Mia es una adolescente rebelde, obsesionada con su imagen y el qué podrían decir de ella sin se enteraran que está en tratamiento de quimio.
Con forme pasan los días, y la curiosidad de ambos, llegan a comunicarse por la fina pared que los separa.
«¡Toc!
¡Tac!»
Dando golpecitos.
Pero Zac llega a encontrar otra forma de comunicación.
Enviándole notas a través de la enfermera.
«Dicen que la mía es la mejor, pero desde la tuya puedes ver más trozo del campo de fútbol.
El chico burbuja de la habitación 1. »
Mia no llega a responder. Cuando ella vuelve después de cinco días fuera del hospital, se encuentra un trozo de papel con un número de teléfono y el nombre de usuario de un facebook, y es cuando ambos se ponen en contacto.
Mia llega a un punto que se derrumba, que tiene la necesidad de contarle a alguien por el momento tan duro que está pasando. Como no es capaz de decírselo a sus amigos, se lo confía a Zac a través de mensajes cortos por facebook.
Cuando los médicos confirman que el trasplante de médula ha sido un éxito, le comunican a Zac que ya puede volver a su hogar junto a su familia y volver a ver a sus amistades. Todos lo ven un luchador, pero él piensa todo lo contrario.
«Nunca me alisté para esta guerra. La leucemia me reclutó, la muy cabrona.»
Zac y Mia pierden el contacto una vez fuera del hospital. Los meses pasan y cada uno sigue con las vidas que dejaron atrás.
Mia sigue siendo tan inmadura como siempre, y Zac vuelve a la rutina con más ganas que nunca.
Realmente leer los dos punto de vista te hace estar más cerca de ambos personajes.
Con él puedes ver su día a día en un ámbito familiar normal, cuando en el de ella vemos el dolor de una adolescente atemorizada por lo que podrían ver los demás si descubrieran lo que le pasó al salir del hospital.
En un ataque de rebeldía, cansada de todos y del mundo, huye de la ciudad para buscar algo de ayuda, y es cuando después de tantos meses, vuelve a reencontrarse con Zac.
«Me encuentro bien —me digo a mí mismo—.Estoy bien. Y ella también. »
Y Mia sigue con pequeñas mentiras que le llegan a hacer más daño.
«—¿Qué te has roto?
—¿Roto?
—Llevas muletas.
—Me desgarré un ligamento jugando a netball. Está curándose. »
Zac se preocupa por ella día y noche. Nace una bonita amistad con las puertas del amor abiertas.
«—Solo dime que estás bien.
—Estoy bien. »
Es una historia preciosa, que te hace abrir los ojos y darte cuenta que día tras día miles de personas combaten con todas sus fuerzas al cáncer.
Recomiendo mucho la lectura de este libro, porque cada página que pasa...llegas a enamorarte de cada palabra/frase de la historia.
Toc.
Tac.
¿Toc-Toc?
¡Tac!
Él es muy diferente a Mia, nuestra otra protagonista. Ella tiene la misma edad de Zac, pero ella vive con el dolor del cáncer de osteosarcoma. Mia es una adolescente rebelde, obsesionada con su imagen y el qué podrían decir de ella sin se enteraran que está en tratamiento de quimio.
Con forme pasan los días, y la curiosidad de ambos, llegan a comunicarse por la fina pared que los separa.
«¡Toc!
¡Tac!»
Dando golpecitos.
Pero Zac llega a encontrar otra forma de comunicación.
Enviándole notas a través de la enfermera.
«Dicen que la mía es la mejor, pero desde la tuya puedes ver más trozo del campo de fútbol.
El chico burbuja de la habitación 1. »
Mia no llega a responder. Cuando ella vuelve después de cinco días fuera del hospital, se encuentra un trozo de papel con un número de teléfono y el nombre de usuario de un facebook, y es cuando ambos se ponen en contacto.
Mia llega a un punto que se derrumba, que tiene la necesidad de contarle a alguien por el momento tan duro que está pasando. Como no es capaz de decírselo a sus amigos, se lo confía a Zac a través de mensajes cortos por facebook.
Cuando los médicos confirman que el trasplante de médula ha sido un éxito, le comunican a Zac que ya puede volver a su hogar junto a su familia y volver a ver a sus amistades. Todos lo ven un luchador, pero él piensa todo lo contrario.
«Nunca me alisté para esta guerra. La leucemia me reclutó, la muy cabrona.»
Zac y Mia pierden el contacto una vez fuera del hospital. Los meses pasan y cada uno sigue con las vidas que dejaron atrás.
Mia sigue siendo tan inmadura como siempre, y Zac vuelve a la rutina con más ganas que nunca.
Realmente leer los dos punto de vista te hace estar más cerca de ambos personajes.
Con él puedes ver su día a día en un ámbito familiar normal, cuando en el de ella vemos el dolor de una adolescente atemorizada por lo que podrían ver los demás si descubrieran lo que le pasó al salir del hospital.
En un ataque de rebeldía, cansada de todos y del mundo, huye de la ciudad para buscar algo de ayuda, y es cuando después de tantos meses, vuelve a reencontrarse con Zac.
«Me encuentro bien —me digo a mí mismo—.Estoy bien. Y ella también. »
Y Mia sigue con pequeñas mentiras que le llegan a hacer más daño.
«—¿Qué te has roto?
—¿Roto?
—Llevas muletas.
—Me desgarré un ligamento jugando a netball. Está curándose. »
Zac se preocupa por ella día y noche. Nace una bonita amistad con las puertas del amor abiertas.
«—Solo dime que estás bien.
—Estoy bien. »
Es una historia preciosa, que te hace abrir los ojos y darte cuenta que día tras día miles de personas combaten con todas sus fuerzas al cáncer.
Recomiendo mucho la lectura de este libro, porque cada página que pasa...llegas a enamorarte de cada palabra/frase de la historia.
Toc.
Tac.
¿Toc-Toc?
¡Tac!
Gracias a Boolino por el ejemplar
ABOUT THE AUTHOR

Melissa Hall (@itsbeatifulove), es una catalana inquieta que no puede dejar de publicar cada loca historia que le pasa por la cabeza, en la plataforma Wattpad. Rodeada de libros, enamorada de cada personaje que le ha dejado huella, decidió crear los suyos propios y compartirlos con un público que tiene sus mismas aficiones. Actualmente estudia, pero sigue intentando conquistar a sus miles de seguidores con cada relato. Las cifras le recuerdan que no va desencaminada, con más de 42 millones de visitas en esta importante red social de escritores nóveles.
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